Medir la presión de un neumático es algo que hacemos cada mucho tiempo y algunas veces mediante un procedimiento erroneo. Te contamos cómo medir correctamente la presión de los neumáticos de tu coche y cada cuanto tiempo debes realizar esta medición.
En contra de lo que la gente puede pensar, usar un neumático con una presión equivocada puede hacernos gastar más combustible o poner en peligro nuestra seguridad, ya que la superficie de contacto con el pavimento no es la óptima del neumático.
Lo primero es conocer la presión óptima de tu neumático. La presión correcta es la que indica el fabricante del propio neumático, siendo distinta para cada modelo e incluso dentro del mismo, varía dependiendo de la carga que lleve tu vehículo. La presión correcta del neumático también está indicada en el manual de instrucciones de tu vehículo. En algunos casos, existe una etiqueta en los laterales de las puertas (donde encaja la puerta con la carrocería en general) donde se especifica la presión.
Lo segundo que hemos de hacer es analizar el uso que le vamos a dar al vehículo prestando atención a la carga que va a llevar. Tanto el fabricante, como el manual de instrucciones del vehículo, como la etiqueta de este diferenciarán si el coche irá poco/medio cargado o medio/muy cargado. Ten en cuenta que cuanto más peso añadas al vehículo, mayor presión hará este con los neumáticos, por lo que cuanto más peso, más presión deberán tener.
Una vez conocida la presión óptima de tus neumáticos y conociendo el peso, deberemos utilizar un manómetro (o bomba de aire). Existen manómetros portátiles y cómodos que símplemente enchufándolos al mechero del coche, podrá inflar la rueda. Si no tenemos uno de estos manómetros, siempre podremos ir a una estación de servicio donde generalmente disponen de uno. Es necesario que las ruedas estén frías, es decir, no haber recorrido muchos kilómetros antes de inflarlas, pues al estar calientes, el gas se expande y las mediciones serán erroneas.
El proceso para medir y ajustar la presión del neumático deberá hacerse rueda a rueda, pero es bastante sencillo. Desenrrosca el tapón de la rueda, conecta la boquilla del manómetro al pitorro de esta, acercaté al cuadro de mandos del manómetro y ajusta la presión del neumático utilizando los botones (que generalmente son dos: más y menos). Ten en cuenta que la operación no es instantánea, necesitarás pulsar varias veces el botón para que la presión sea la correcta.
Una vez hecho esto, repite el proceso con las cuatro ruedas y la de repuesto, pues nunca sabes cuando la puedes necesitar.